domingo, 25 de agosto de 2013

Regrets

Hay algunas cosas en la vida que a pesar de ser malos tragos, nos sirven para crecer. Eso es lo que me pasó hace unos días. Es curioso, porque hasta el momento sólo había una acción de la que me arrepentía en la vida. Y pensaba que era una excepción. Pero ahora son dos.
Por qué hice esas cosas? Estaba buscando límites? Todos me dicen que no fue nada del otro mundo. En parte para hacerme sentir bien, y en parte porque es verdad después de todo. Tengo 17 años. Está bien cometer errores. Pero una persona en especial, me recordó que esa no era yo. Que la persona de esa noche no era la misma persona de todos los días.
Pensé en muchas cosas. Me negué a lo que me dijo esa persona en especial. Después de todo, quién mejor que yo para saber lo que me pasa? Pero también me negué a lo que me decía todo el mundo: no es mi estilo hacer esas cosas. No me hizo sentir bien. Y definitivamente no lo quería repetir.
Al final legué a una conclusión: me siento cómoda en mi propia piel. Para qué cambiar? El tiempo será el que me vaya moldeando también las situaciones, los grandes cambios. Tengo que hacer lo que me gusta, lo que me completa. Esas cosas de las que uno no se arrepiente. Ya tuve experiencias feas. Dos. Pero creo que de ambas saqué lo mejor: confirmar quién soy, en qué me estoy convirtiendo y hacia dónde voy.

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